Blog > Procesos celulares: Cómo las células absorben, degradan y eliminan moléculas y bacterias

Procesos celulares: endocitosis, fagocitosis y autofagia.

Las células, como unidades fundamentales de los organismos, han desarrollado múltiples mecanismos para adquirir nutrientes, eliminar desechos y protegerse de amenazas externas como bacterias. Dos procesos clave para lograr esto son la endocitosis y la fagocitosis, además de la autofagia, un sistema esencial para la degradación de organelos envejecidos y la reducción de tejidos dañados.

Endocitosis: incorporando lo externo.

La endocitosis permite a las células absorber moléculas que no pueden atravesar la membrana plasmática por difusión o poros, un proceso fundamental para obtener nutrientes grandes. La pinocitosis, un tipo de endocitosis, se caracteriza por la invaginación de la membrana celular para formar vesículas que engloban pequeñas moléculas. Para que esto ocurra, participan proteínas como las clatrinas, que estructuran la vesícula. Este proceso requiere energía, en forma de ATP, y calcio para funcionar correctamente.

Por otro lado, cuando se trata de partículas de mayor tamaño, como bacterias o células enteras, se utiliza un proceso llamado fagocitosis. Este mecanismo es común en células especializadas como los macrófagos, que engullen bacterias marcadas para su eliminación. Después de envolver a las bacterias, las vesículas resultantes se fusionan con lisosomas, que contienen enzimas hidrolíticas que degradan el contenido, permitiendo a la célula aprovechar los nutrientes útiles y expulsar los residuos mediante exocitosis.

Autofagia: la limpieza interna.

Cuando las células necesitan deshacerse de componentes dañados o envejecidos, entran en juego los procesos de autofagia. Las células pueden destruirse a sí mismas de forma controlada, eliminando orgánulos que ya no sirven mediante la formación de autofagosomas, vesículas con doble membrana que se fusionan con lisosomas para degradar su contenido.

Este proceso es clave en la reducción de tejidos en diversas situaciones, como la involución uterina después del embarazo o la reducción del tamaño muscular tras periodos de inactividad prolongada. Además, en momentos de escasez de nutrientes, la autofagia permite a las células reciclar componentes internos para sobrevivir.

Un sistema eficiente.

La capacidad de una célula para sobrevivir y mantener su función depende en gran medida de estos procesos, que aseguran tanto la obtención de nutrientes como la eliminación de desechos. Los lisosomas, con sus enzimas bactericidas, juegan un papel clave en la eliminación de amenazas externas y en la degradación interna, manteniendo el equilibrio celular y la homeostasis.

Estos mecanismos no solo permiten la supervivencia celular, sino que son esenciales para la renovación de tejidos y la eliminación de patógenos, destacando el ingenio de las células para adaptarse a su entorno.

Referencias:

  1. Sánchez, M. (2018). Biología celular y molecular: Mecanismos de transporte en la célula. Ediciones Médicas.
  2. Rodríguez, J.  & Martínez, A. (2020). Autofagia y homeostasis celular: Mecanismos de adaptación y supervivencia. Revista de Medicina Celular.
  3. Pérez, L. (2019). Procesos de fagocitosis y endocitosis en células inmunitarias. Editorial Ciencias Biomédicas.

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